miércoles, 20 de febrero de 2008

EL BAMBÚ JAPONÉS


No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.

También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas:

¡Crece, por favor!.


Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.

En realidad..., no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!

¿Tardó sólo seis semanas crecer? No..., la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.


En la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.


De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones, estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo, y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos, (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…

Estamos creciendo, madurando...

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito, cuando éste al fin se materialice.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... Quizá sólo estés echando raíces...


Mensaje:

A veces queremos que todo suceda rápido, queremos que la vida sea pedir y recibir, pero no es así, nosotros tenemos que luchar para alcanzar lo que nos proponemos, a veces esto demora mucho, nos vamos frustrando y decaemos en la idea de no seguir, no te des por vencido, recuerda:

“La confianza en tí mismo, la actitud positiva y la perseverancia son los argumentos claves para el éxito.”

TODO PASA POR UNA RAZÓN.....


Algunas veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que esto pasa porque debe de ser así para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quiénes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar.

Tu no sabes quiénes son estas personas, pero cuando fijas tu ojos en ellos sabes y comprendes que ellos afectarán tu vida de una manera profunda.

Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realización entiendes que sin que superes estas cosas nunca hubieras realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón.


Todo pasa por una razón en la vida.

Nada sucede por casualidad o por la suerte.

Enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de pura tonterías, todo ocurre para probar los limites de tu alma.


Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa. Una carretera directa sin rumbo a ningún lugar, plana cómoda y segura, mas empañada y sin razón.


La gente que conoces afectan tu vida.

Las caídas y los triunfos que tu experimentas crean la persona que eres.

Aun se puede aprender de la malas experiencias. Es más, quizás sean las mas significativas en nuestras vidas.


Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón le das gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de la confianza y a tener mas cuidado de a quien le abres tu corazón.


Si alguien te ama... ámalo tu a él, no porque él te ama, sino porque te ha enseñado a amar y abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida.


Haz que cada día cuente, y aprecia cada momento... además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás mas adelante, no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento.


Entabla una conversación con gente que no hayas dialogado nunca, escúchalos y préstales atención.

Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto.

Repítete a ti mismo que eres una persona magnífica y créelo, sino crees en ti mismo... nadie más lo hará tampoco.


¡¡¡Crea tu propia vida... encuéntrala... y luego vívela!!!.

APRENDIENDO.....


Nuestra forma más fundamental de aprendizaje es por medio del ensayo y el error.

Así comenzamos a caminar.

Si tienes un niño cerca para observar, puedes notarlo fácilmente.

Trata de erguirse, cae, y vuelve a intentarlo.

Así hasta que de tanto ensayo y error, lo consigue.


Repetiremos estas conductas toda nuestra vida y en objetivos cada vez más complejos y abstractos.

Como no nacemos perfectos ni realizados, sino que debemos seguir todo un desarrollo psicoevolutivo, durante nuestra existencia cometeremos muchos errores.

Habrá muchos ensayos que terminarán en fracaso. Tendremos tropezones y caídas.

Son parte inevitable de la vida.


Lo que te permitirá evolucionar y realizarte, es aprender de tus errores.

Reflexionar sobre ellos para no repetirlos.

Te equivocaste en algo y aprendiste cómo no debe hacerse.

Luego, estás más cerca del éxito pues cada vez es más posible dar con la fórmula correcta.


Por ignorancia, por falta de experiencia o madurez, seguramente habrás dañado a más de alguien en tu vida.

¡Lo hecho, hecho está!.

Sin embargo, es conveniente meditar para no cometer el mismo error ahora que tienes mayor conocimiento de la vida.


Si has cometido equivocaciones, y seguro que es así, aprende a perdonarte.

Lo importante es que no vuelvas a tropezar en lo mismo.

No culpes a nadie de lo sucedido, ni a ti ni a los otros.

Perdónate y te será más fácil perdonar a los que puedan haberte ofendido o herido.

Lo han hecho por falta de experiencia y madurez, quizás igual que tú alguna vez lo hiciste con alguien.


Vive con más paz tu existencia:

"Perdónate y perdona...

Ámate y amarás mejor".